Donde revolotean, porque la esencia es otra.

Lo más probable es que todo lo que se encuentre aquí sea producto de lo cotidiano, trivial y sin fundamentos. Por lo cual, cualquier intento que quede aquí plasmado, no debe ser necesariamente juzgado. Así mismo, si lo leído le causa algún sentimiento o produce un cambio en su discernimiento, será completamente de su responsabilidad.
¡ah! Y nunca, nunca, pero nunca lo escrito tendrá relación íntima con el autor.
Gracias por posar un momento los ojos.

domingo, 25 de octubre de 2009

¿Recuerdas cuando comíamos manshanas?

Recuerdas que reíamos hasta que la puerta se cerraba,
recuerdas que ella gritaba y chillaba, mientras reíamos.
recuerdas que él entraba y salía, según horario de escuela,
yo te recuerdo a ti, en un espacio que no estaba vacío
te recuerdo sentado, de pie, discutiendo y sonriendo;
es bueno recordar, sí, es bueno.
Te tenía enfrente todo el tiempo...
recuerdas que los cuadernos fueron testigos,
recuerdas que mi silla se acercaba,
sí, recuerdas todo eso.
Recuerdas el pasto y la nieve,
la bufanda en el amigo
y las fotos que nunca llegaron a destino.
Recuerdas el puente y los segundos vacilantes de la muerte,
recuerdas las manos escondidas,
el disfraz ajustado y la frescura,
recuerdas la amistad.
¿cómo es que recuerdas tanto y no das marcha atrás?
Tú estuviste, fuiste, volviste y desapareciste.
Estamos encaminados, estamos para distintos lados.
Estamos.
Recuerdas que mirabas hacia abajo...
También recuerdas que caminamos por esas calles y que conocimos esas noches.
Recuerdas tanto y no lo deseas ver.
Pero es bueno recordar, sí que es bueno recordar.

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